Contracorriente | México, entre los 50 países más peligrosos del mundo para ser cristiano
Por Rodrigo Garza Vega
CDMX.- México es considerado un país predominantemente cristiano, afirmación que se encuentra sustentada en los datos del último censo realizado en el año 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en donde se prevé que el 78.6% de la población mexicana se considera católica, mientras que un 7.9% práctica la fe protestante/evangélica. Sin embargo, a pesar de estos datos, esto no impide que México ocupe el lugar 37 de una lista de 50 países en donde practicar la fe cristiana representa una actividad riesgosa para el individuo, según el reporte denominado Lista Mundial de la Persecución 2024 publicado por la Organización Cristiana Internacional Puertas Abiertas (Open Doors International).
¿Qué es la Lista Mundial de la Persecución? Según el sitio web de la organización anteriormente mencionada, “La Lista Mundial de la Persecución (LMP) proporciona un análisis objetivo de la situación por la que atraviesan millones de cristianos en países donde la persecución es alta, muy alta o extrema” (Puertas Abiertas, 2024).
Con este reporte anual, Puertas Abiertas trata de crear conciencia de que la intolerancia religiosa continúa siendo un fenómeno latente y aún vigente en el mundo, y en donde quienes practican el cristianismo son los más susceptibles de ser vulnerados.
No es de extrañarse que en esta lista aparezcan países donde continuamente se violentan los Derechos Humanos de sus ciudadanos, como Corea del Norte (1), Irán (9), e incluso Cuba (22) y Nicaragua (30). Lo verdaderamente increíble es que nuestro país, siendo el segundo del planeta con el mayor número de católicos, no queda exento de experimentar este fenómeno.
Ahora bien, ¿Qué es un cristiano? ¿Y qué es la persecución contra cristianos? Para la ONG, un cristiano es toda aquella “persona que se identifica con la persona de Cristo o pertenece a una comunidad cristiana como se reconoce en el credo histórico de la Iglesia o símbolo de los apóstoles”, por lo que, según la definición dada, en este concepto entrarían tanto aquellos que practican la fe católica, como los que se denominan evangélicos.
Por otro lado, la persecución contra cristianos es “Toda hostilidad hacia una persona o comunidad motivada por la identificación con la persona de Jesucristo”, es decir, es todo hostigamiento hacia una persona por el simple hecho de ser cristiano.
Diversas son las causas que posicionan a nuestro país en el lugar 37 de esta lista, siendo la principal la Violencia, lo cual no debería extrañarnos dado el incremento exponencial de la misma en los últimos años. Como ejemplo de ello, para nadie es desconocida la noticia proveniente del sur del país donde se dio a conocer que más de 100 templos cristianos se vieron obligados a cerrar en el mes de febrero del presente año debido a la violencia que actualmente experimenta el estado de Chiapas.
El caso de los asesinatos de los padres Jesuitas suscitados en el 2022 en Chihuahua es otro ejemplo de que la violencia no discrimina ni la posición ni el credo. Otro factor es la intolerancia religiosa que viven las minorías evangélicas en las comunidades indígenas, las cuales se materializan en cortes de servicios públicos, encarcelamientos, y hasta expulsiones, todos estos hostigamientos justificados bajo el régimen de Usos y Costumbres, los cuales establecen estrictamente la prohibición de practicar una religión o fe diferente a la practicada por la mayoría de la población, la cual suele ser la católica; por esta razón, aquellos quienes deciden dejar su fe católica para abrazar una fe evangélica les son vulnerados sus derechos como miembros de la comunidad.
Otra causa de persecución señalada en el reporte es la llamada “Intolerancia Secular”, misma que es fomentada desde el Estado Mexicano que, por su naturaleza laica, promueve políticas públicas y reformas legislativas que tienden a ser percibidas como hostiles hacia la fe y valores cristianos, mismas que han aumentado en estos últimos años. “Las expresiones públicas del cristianismo se enfrentan a un escrutinio legal cada vez más fuerte”, señala la organización.
Como ejemplo de ello podemos ver lo ocurrido en la Cámara de Diputados Federal el viernes 22 de marzo del 2024, en donde se aprobó, después de una sesión maratónica y controvertida, la prohibición a nivel federal de los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG), o comúnmente llamadas “Terapias de Conversión” equiparándolas como un tipo de tortura y tipificándolas como un delito contra la orientación sexual o identidad de género.
Sin embargo, durante el debate de los legisladores en donde se exponían los motivos a favor o en contra de la minuta que se pretendía aprobar, los diputados a favor presentaban argumentos con un claro rencor hacia lo religioso, especialmente hacia lo cristiano, y en donde aquellos que votaban en contra argumentaban que dicha iniciativa, al estar mal redactada, podría tener alcances tales que podrían criminalizar el consejo pastoral de los ministros de culto (sacerdotes y pastores) ya que, gracias a la pésima redacción, estos se podrían considerar como una ECOSIG.
Dejando el terreno de lo legislativo a un lado, en nuestro país ya es común que la opinión de cristianos en asuntos de trascendencia política en el país, tienden a ser rechazadas, e incluso el cristiano que se atreve a expresar su fe en medios públicos está propenso al escarnio público. Basta con ver las Redes Sociales.
El problema de la intolerancia religiosa en México se suma a los otros miles de problemas por los que actualmente atraviesa el país, es un fenómeno que puede no ser detectado a simple vista, sin embargo, se encuentra latente en el país y es imposible de negar. Seguramente algún lector conocerá algún hecho de discriminación religiosa, ya sea a través de algún familiar o conocido, o por experiencia propia.
